29/4/13

Crítica en Agenda Magenta


María Salas ha escrito esto sobre nuestro show canallesco:



Poesía macarra es el término que utiliza Cristina Domínguez para describir el estilo de los textos que recita en su espectáculo Rapsodia Barata, toda una selección de los letristas en castellano con más ¿arrojo? o ¿ripio fácil? Quizá no sea sólo verborrea todo lo que rima en la discotecas y las fiestas de los pueblos.

Esta agenda tiene especial predilección por lo poético, como se puede comprobar desde el sarao fundacional con el que se dio a conocer al mundo este proyecto, pasando por algunos de los eventos que llevan la marca magenta en origen como Poetas a sus puestos. Todo lo que suene a poesía, a priori, ya tiene nuestra atención. Puro vicio, oigan.
Por eso, yo ya tenía en el radar el espectáculo Rapsodia Barata, una apuesta de la actriz Cristina Domínguez que fue concebida para representarla en bares de Sevilla y que hace medio año trajo también a Madrid. ¿A vosotros no os pasa que oís el término ‘poesía macarra’ y os morís de ganas de saber de qué va el asunto?

Por fin, el pasado viernes tuve la fortuna de poder comprobarlo -y disfrutarlo- en directo en el Volta Café. Antes de seguir contando, lo resumo en lo siguiente: a quien le gusta la poesía le recomiendo que vaya a verlo y a quien no, que no se lo pierda. Se mire por donde se mire, aseguro un rato de chispazo inteligente. Y otra sugerencia: es preferible no buscar demasiada información de antemano, nada de ver el tráiler. Mucho mejor que el saber hacer de los letristas tan bien escogidos -por bloques temáticos y todo- pillen al público lo más desprevenido posible.
Como se dice al principio, ‘no es una obra de teatro, no es un monólogo, ni tampoco un recital’. Entonces, ¿qué es? Rapsodia Barata es un espectáculo basado en letras reales; letras de canciones de las de todas la vida que, dependiendo del registro musical de cada cual, resonarán más o menos en la memoria. Aunque también hay las que son auténticos descubrimientos -para una mayoría al menos-, joyas de farolillo de feria y gasolinera. Todo recitado con buen ritmo y una soltura fiel al espíritu de las canciones que van pasando por el escenario.
La poesía macarra de Rapsodia Barata me recuerda a las notas vecinales que va recogiendo el Hematocrítico en el blog Drama en el portal. Puede que alucinen, señoras y señores, y que se les escape alguna carcajada -que pasará- pero, al igual que ocurre con los mensajes dirigidos al presidente de la comunidad, saben que son verdad, que esas canciones forman parte de nuestra realidad cultural tanto como la poesía de Lorca o Miguel Hernández. Y Cristina Domínguez las viste de largo -o más bien de raso y leopardo- para que las escuchemos con otros oídos. Que también se lo merecen.

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